Quizá sea la prenda deportiva más importante en el país por dos razones: fue la casaquilla que se usó contra Austria en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, ese encuentro que, según pontificaban los abuelos, Hitler quiso amañar para demostrar una presunta superioridad aria sobre el combinado patrio, que ya entonces era un hermoso crisol de razas. En 1990, la sociedad fue comprada por Giovanni Donigaglia, presidente de una constructora ferrarense.