Tal vez sea solo cuestión de gustos, aunque todo lo que podía hacer Giresse con tan solo 1.63 de estatura, es más que impresionante. En semifinales, se enfrentaban a la sorprendente Croacia, que se puso adelante a inicios del segundo tiempo con gol de Davor Suker. Francia organizaba su segundo Mundial y nunca había sido campeón. No fue su momento más glorioso, ni tampoco lo fue aquél Mundial de Suráfrica 2010. Dicho lo anterior, Henry sigue siendo, indiscutiblemente, uno de los mejores artilleros de las eras modernas del fútbol, un jugador simplemente intraficable en ocasiones.