El capitán de aquel seleccionado, Pedro Dellacha, recuerda lo ocurrido: «Lo que hubo fue una falta de responsabilidad en algunos muchachos. Tal vez porque no comprendían la verdadera importancia de un Mundial. Para ellos era lo mismo que jugar un partido en Buenos Aires. La verdad es que no hubo disciplina en ningún momento del torneo». Convencidos de que en Argentina se jugaba el mejor fútbol del mundo, la preparación en vistas al mundial fue más que escasa, tres partidos amistosos frente a Paraguay, Uruguay y el club Colo-Colo de Chile.