Caminas, das todo lo que tienes desde el primer punto hasta el final sin importar el marcador y estás dispuesto a poner todo en juego y no tienes miedo de dejar que la gente vea eso». El castigo es privar al jugador que cometió la falta de seguir jugando de forma temporal, lo que se conoce como expulsión. Sale Alberto Díaz, visiblemente emocionado, al escenario y el ruido se vuelve ensordecedor en el WiZink.